Mucha es la información que nuestro cerebro debe manejar en estos días, pero su desempeño puede mejorarse o alternase dependiendo del cuidado y los hábitos que se desarrollan. Cierto es que nuestro cuerpo y mente están profundamente ligados, por tal motivo todo estimulo bueno o malo influirá directamente en su desempeño.
Ya que la memoria se basa en la observación y esta depende del estado de concentración, el recordar mucho o poco este estrechamente relacionado con todos los factores que altera o favorece el poder de atención y concentración. Aquí atenderemos alguno de los factores y hábitos que disminuyen su potencial:
El alcohol: Se ha demostrado que su consumo frecuente disminuye las capacidades de realizar diferentes tareas mentales, modifica la estructura del cerebro y destruye las neuronas.
El tabaco: La nicotina presente en él altera el funcionamiento del sistema circulatorio y empobrece el nivel de oxigeno de la sangre que nutre cerebro, lo que resulta en una disminución de su rendimiento.
Trastornos del sueño: El reposo regenerador activa los proceso intelectuales y cuando se logra pasar de un sueño ligero a uno profundo, se favorece lo conversión de los recuerdo de corto a largo plazo. Por otra parte la fatiga producto de la falta de sueño debilita grandemente el poder de concentración y aprendizaje
Entrenamiento cerebral: Un cuerpo bien alimentado y ejercitado desarrollo mayor musculatura, fuerza y velocidad de reacción que otro que no lo este. Ocurre lo mismo con los cerebros que leen, realizan cálculos matemático ó resuelven problemas de lógica constantemente, adquiriendo destrezas y facilidades a la hora de retener información.